El encierro del rapero Pablo Hásel en el rectorado de la universidad de Lérida ha llegado a su fin esta mañana cuando decenas de agentes antidisturbios de los Mossos d’Esquadra han accedido al edificio y lo han desalojado. Hasél, atrincherado y rodeado de simpatizantes para evitar su ingreso en prisión por enaltecer a ETA -la Audiencia Nacional le ha condenado a 9 meses de cárcel-, ha aprovechado sus últimos minutos antes de ser detenido para enfrentarse con los agentes, a los que ha llamado «enemigos del pueblo». «No nos callaréis más, no habrá olvido ni perdón» gritaba Hasél instantes antes de que los Mossos se lo llevasen, tal y como se ve en estas imágenes. Desde primera hora de la mañana de este martes se ha desplegado un fuerte dispositivo policial, formado por decenas de agentes de los Mossos y una veintena de furgonetas de la Brigada Móvil (BRIMO), en las inmediaciones del rectorado para proceder a la detención de Hasél, cuyo plazo para ingresar voluntariamente en prisión finalizó el pasado viernes.